El arte en papel de la artista Fabiola Mendoza
El ambiente es completamente silencioso, las paredes son blancas y el escritorio de madera en forma de L solo son el reflejo de la quietud que atesora aquel lugar. No necesita de luz artificial pues la luz natural entra cálidamente por una gran ventana. A lo lejos se logra escuchar pequeños cantos de aves que se van colando a través de la ventana semi abierta. En uno de los cajones de aquel escritorio reposa casi desapercibida una caja llena de retazos de papel de todos los gramajes y colores que solo a un niño se le podría ocurrir, bueno no solo a un niño sino también a un adulto que ha encontrado en esta magia del papel una forma impecable de hacer obras de arte.
En un cajón más abajo habita un folder de color amarillo que está ansioso hace varios días pues tiene consigo un poquito de cada historia retratada del pasado, un poquito de un retrato a una mascota, un poquito de aquella primera foto matrimonial, un poco de ese primer abrazo de algún papá a su hijo; un poco que ha convertido a ese folder en una gran maleta de ilusión donde la mano de una talentosa artista ha sabido convertir una tira de cartulina en una obra para ser admirada toda la vida, ya que el arte tiene un punto de partida pero nunca un punto final. Así nace el arte de la artista peruana Fabiola Mendoza, quién nos concedió una entrevista en donde nos compartió una parte de su camino en el mundo del arte y todo lo que ha logrado desde que decidió dedicarse a lo que desde muy niña le apasionó.
¿A qué edad tuviste tu primer acercamiento con el mundo del arte?
El arte siempre estuvo presente, desde pequeña me encantaba pintar, yo era la niña que en verano siempre estaba en los talleres de arte. Mi tía Fanny, profesora de inicial, era de mis mayores referentes ya que siempre la veía rodeada de cartulinas, colores, siempre estaba creando algo, ella ama hacer arte con sus niños y siempre fue inspiración para mí, a crear con mis manos.
Cambiar del mundo corporativo al mundo del arte, es un paso importante en la vida de todo profesional ¿cuál fue la motivación que te llevó a tomar esta decisión?
Una crisis existencial me hizo cuestionar que solo estaba viviendo la vida, los días que no trabajaba; mientras que de lunes a viernes, solo contaba las horas para terminar con mi día de trabajo. Eso no me sucedió siempre, sino que después de unos años de haber estado trabajando en el mundo corporativo, comencé a hacerme las preguntas sobre: ¿Qué quería realmente para mi vida?. Poco después, conversando con mi jefa, tomé la decisión de renunciar, aunque no tenía plan alguno, solo sabía que no estaba conforme con la vida que tenía.
Sabemos que eres diseñadora gráfica de profesión ¿qué similitudes has encontrado entre el diseño gráfico y la filigrana? ¿consideras que tu profesión ha sido un aliado en tu carrera en el mundo de la filigrana?
Ambas requieren de mucho detalle, creatividad, equilibrio entre los elementos que componen una obra, balance de colores; por último, lo más importante, ambas transmiten un mensaje a través de las emociones. Sí, siendo honesta, por un momento pensé que había estudiado en vano, pero luego me di cuenta de que gracias a mi carrera podía hacer muchas de las cosas que hago en filigrana. Gracias al diseño pude crear mi logo, el que tuve cuando empecé. Gracias al diseño manejo programas como illustrator y photoshop, los cuales me permiten crear mis bocetos y editar las fotos que les tomo a mis obras. Gracias al diseño sé de teoría del color y lo puedo aplicar en mis obras. Tengo la libertad de poder crear y desarrollar mis obras y mi propia marca.
En el 2019 das un gran giro en tu vida dejando el mundo corporativo por el mundo del arte ¿qué consideras que fue lo más retador en tus inicios?
Creo que lo más retador fue aceptar que lo que estaba haciendo era mi trabajo ahora, porque lo veía como un hobby. Lidiar conmigo misma y con mis pensamientos del “síndrome del impostor” que también vivían en mí. Yo sentía que si no había estudiado arte como tal, no podría ser artista. De hecho, llegué a pensar que había decepcionado a mis papás cuando “no estaba ejerciendo” mi carrera, nada más fuera de la realidad porque sí la estaba aplicando y al máximo.
Permítenos felicitarte por tu increíble trabajo artístico, la delicadeza y detalle de tu trabajo es uno de los rasgos más característicos en tus piezas ¿Cuando fue que decidiste o notaste que la filigrana era la manera en la que deseabas mostrar tu arte?
¡Muchas gracias!. Me ha tomado un buen tiempo lograrlo, y estoy muy feliz por ello. Bueno, la historia es bien curiosa, y todo inicia cuando veo en las stories de Ximena, mi ex jefa, que estaba en una exposición de arte de una amiga, que realiza arte con cajas de cartón. Ese momento me permitió hacerme la pregunta si es que existía algún arte que podría realizar con papel, que era el material que más tenía acumulado de mis épocas como estudiante. A partir de eso, curiosa, en Instagram encontré la filigrana, me llamó tanto la atención que busqué un video en YouTube, y empecé a hacerlo. Fue amor a primera vista.
En tu contenido en redes sociales has compartido con tus seguidores que la filigrana es una herramienta terapéutica, que te ha permitido conectar con tu mundo interior y te llevó a tomar la decisión de brindar talleres. Cuéntanos ¿cómo son tus talleres teniendo en cuenta que abordas ambos aspectos, tanto el artístico como el emocional?
Aprender haciendo, el conectarte contigo, un espacio personal de pocas personas, donde yo te puedo acompañar en el proceso de aprendizaje de un arte que te permite disociar del día a día. Para mí es muy importante que cada uno emprenda un viaje en el arte donde conecten consigo.
Vuelo de Vida / Fabiola Mendoza |
En septiembre del 2023 lanzaste tu primer curso en Netzun en donde has compartido todos tus conocimientos y la experiencia en este mundo tan colorido como lo es la filigrana, cuéntanos por favor ¿como fue tu experiencia?
Siendo honesta, fue mucho más complicado de lo que imaginé en un principio. Cómo estructurar el curso, para saber qué iba a enseñar; crear el sílabo; desarrollar los módulos, todo ese proceso, me tomó bastante tiempo. Cuando pensaba que lo único que me faltaba era la grabación, me di cuenta de que recién estaba empezando. Conversando con Noelia, la persona que se encargó del desarrollo del producto videográfico, me di cuenta de que faltaba la dirección de arte, el styling, la creación del guion y demás. Entré en crisis por un momento, y decidí contratar a otros profesionales para cada aspecto, y así el equipo creció. Por último, luego de pensar que lo mejor sería grabar en mi ofitaller, nos dimos cuenta de que no sería funcional y que debíamos buscar otro espacio, para lo cual decidimos alquilar uno. Una vez grabado el curso, empezó la edición, la cual tomó algo más de tiempo de lo esperado, pero valió todo, gracias al resultado final.
¿Cuál consideras que ha sido tu mayor desafío en el mundo de la filigrana?
Entender y enseñar que la filigrana es un arte y no una manualidad. La filigrana, al igual que las acuarelas y los óleos, es el arte de pintar, en este caso con papel.
¿Cuál es la mejor enseñanza que te ha brindado el mundo del arte?
El arte me ha permitido conocerme a mí misma; y mientras más me conozco y crezco, he ido evolucionando como artista. El arte es un viaje de introspección, y así es que evolucionamos los dos a la par.
Bee my Valentine / Fabiola Mendoza |
¿Cuál o cuáles son tus artistas favoritos y por qué?
Si hablamos del mundo de la filigrana, mis mayores referentes son Sena Runa y Yulia Brodskaya. Admiro a Sena, por el nivel de detalle en cada una de sus obras, la paleta de colores y la técnica depurada y precisa en una pieza de similar dimensión a las que yo trabajo, me hacen retarme cada día más. Yulia, es una prueba de la versatilidad que tiene el arte de la filigrana. Me vuela la cabeza el tamaño de sus obras que, por más que tienen un tamaño mayor, no dejan de tener el nivel de pulcritud en los detalles. No quería dejar de mencionar a Marcelo Wong, que por más que no practique la filigrana, admiro sus esculturas redondeadas tan de su estilo. Su trabajo me motiva a ser una mejor artista cada día, y de hecho él es para mí la prueba de que puedo vivir del arte!
Como reflexión final ¿qué consejo te hubiera gustado recibir cuando empezaste en el mundo de la filigrana, ahora que ya tienes mayor experiencia en el rubro?
Me hubiera gustado que me enseñaran cómo valorar el arte. Yo no tenía claridad para entender que esto era más que una manualidad y no porque no estudie arte, no me es permitido tenerlo como mi trabajo, y valorarlo por cada hora que le dedico a una obra, desde el diseño hasta la ejecución.
Dulce Espera / Fabiola Mendoza |
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