El arte vibrante del artista Carlo Calanche
El sol ha empezado a despertarse entre las montañas, como es costumbre se percibe un viento fresco en el ambiente. A lo lejos se puede ver que la ventana de una casa completamente blanca ha decidido abrirse ante el majestuoso sol. Una mano se asoma en el filo de aquella ventana para luego desaparecer y empezar a crear lo que pronto será una mágica y colorida pieza de arte. Los marcadores ya se encuentran en fila, los lápices aguardan ansiosos en un estuche de metal y el papel en blanco se prepara para su nueva decoración. Así comienza el proceso de creación del artista cusqueño Carlo Calanche.
Cusco, la antigua capital inca, es una ciudad que respira historia y tradición. La misma que es fuente de inspiración cultural del artista Carlo Calanche, que nos ha brindado una entrevista en donde nos cuenta toda la historia detrás de su arte.
¿A qué edad tuviste tu primer acercamiento con el mundo del arte?
Desde niño, el arte fue mi lenguaje natural. Pasaba horas recortando papeles, ensamblando figuras y diseñando juguetes con tijeras, cartón y papeles, explorando el mundo a través de la creatividad. La infancia es ese territorio donde la imaginación no tiene límites y, en mi caso, fue el punto de partida de todo lo que vendría después.
Estudiaste psicología en la Universidad Andina, una carrera bastante alejada de la carrera del arte. Cuéntanos ¿consideras que tu carrera de psicología ha aportado a tu carrera artística?
Me parece curioso que se vea la psicología y el arte como mundos separados. Para mí, nunca lo fueron. De hecho, tampoco lo fue la literatura, que también estudié. En las tres disciplinas hay un mismo deseo: comprender la condición humana, explorar lo que hacemos, lo que sentimos y lo que nos guía en la existencia.
La psicología ha sido un aporte enorme a mi carrera artística. Me ha dado una mirada más profunda sobre la conducta y la forma en que percibimos la realidad.
La creatividad es un viaje con múltiples caminos, y yo prefiero recorrerlos. Al final, todo es una forma de contar historias.
Muchos artistas tienen una larga travesía para encontrar su estilo artístico, pero como toda excepción a la regla existen algunos artistas que la han encontrado, y les ha permitido que sus obras sean reconocidas con facilidad entre un mar de obras. ¿Cuándo y cómo encontraste tu estilo artístico?
Mi estilo artístico lo veo más como un viaje que un destino, un camino lleno de exploraciones, dudas y descubrimientos. No creo en la inspiración ni en los golpes de genio, sino en la disciplina, el estudio y la iteración pero esta última no como una repetición mecánica, sino como transformación. Como plantea el filósofo Deleuze en su libro "Diferencia y Repetición", cada iteración introduce una variación, una ruptura con lo anterior, algo nuevo que se redefine, y es así como vivo mi proceso, mi estilo y evolución como artista.
Es muy fascinante saber que existe mucho por explorar y aprender. Mi estilo sigue en camino, siempre mutando, siempre en movimiento. Algún día quizá se extinga este estilo y nazca otro, y eso es lo fascinante del arte: morir y volver a nacer en diferentes narrativas que el mismo artista va creando.
Continuando con tu obra, tu temática acompaña muy bien a tu estilo y felicitamos el gran dominio que tienes de ella. ¿Tu temática y tu estilo artístico los descubriste en simultáneo o cada uno ha tenido su proceso de descubrimiento?
Muchas gracias por la apreciación y orientándome a tu pregunta, creo que cada uno ha tenido su propio proceso de descubrimiento, aunque han ido caminando en paralelo, sosteniéndose y dialogando entre sí.
En cuanto a la temática, siempre me ha inquietado la realidad en sus múltiples capas y tensiones. Me interesa explorar las contradicciones del individuo en el mundo contemporáneo: la dictadura de la felicidad, la idea de una sociedad líquida, el rendimiento como imperativo social, la marginalidad no solo como condición, sino como una postura estética. También me atraen cuestiones más existenciales, como el sentido de la existencia, la libertad y la angustia inherente a nuestra condición de seres finitos.
Asimismo, mi estilo, con cierto aire naif e ingenuo, es precisamente un pretexto para abordar estos temas sin recurrir a una representación directa o explícita. Lo que puede parecer simple o accesible a primera vista se convierte en un espacio donde, en realidad, se solapa una verdad mucho más cruda.
Sabemos que también has estudiado Literatura y Lingüística Germana en la Universidad de Leipzig (Alemania) ¿Cómo fue tu experiencia y como ha enriquecido tu trabajo artístico?
La literatura y el arte son reflejos de una misma búsqueda: comprender y recrear la condición humana. Desde adolescente quise ser escritor porque creo en el poder de la palabra; por eso decidí estudiar Literatura en Alemania.
Estudiar literatura en Alemania fue una confrontación con otras maneras de percibir la literatura y el arte. Esta experiencia enriqueció profundamente mi trabajo artístico, ya que tuve la oportunidad de visitar numerosos museos y galerías. Ver las obras de artistas que tanto admiro, como Gerhard Richter, Georg Baselitz, Cy Twombly, Henri Matisse y Neo Rauch, entre muchos otros, fue revelador. Una de las claves del aprendizaje en el arte está en la observación y el estudio de las imágenes.
Al final, todo desarrollo artístico es un palimpsesto, una huella de lo que lo precede. Crear es habitar esa tensión entre las experiencias pasadas y presentes. Mis dibujos no existirían sin los libros que he leído. El arte es un proceso dinámico y dialéctico de re escritura, re lectura, revisión, exploración y posibilidad.
Retomando tu trabajo como artista. En el año 2023 participaste de una exposición colectiva titulada WAND FREI en la Galería 35 Blumen en Krefeld - Alemania. Si bien ya habías participado en el 2021 en Italia, ¿cómo fue tu experiencia en esta exhibición en Alemania?
Exhibir en Alemania fue una experiencia sumamente grata, por la riqueza cultural del país, por la calidez y profesionalismo. Todo comenzó en 2022, cuando la gestora cultural Ulrike Oppel me extendió una invitación que marcaría el inicio de una serie de participaciones en la Galería 35 Blumen en Krefeld. En el 2023 formé parte de la exposición colectiva WAND FREI, y más adelante, en 2024, tuve nuevamente el honor de volver a exponer.
Saber que mi arte trasciende fronteras y es apreciado en otros países es un reconocimiento que me llena de gratitud. Además, hay algo simbólico en haber expuesto en Krefeld, ciudad donde nació Joseph Beuys, un artista que siempre admiré por su concepción del arte como un acto transformador. Estas experiencias refuerzan mi convicción de que el arte es un lenguaje universal, capaz de conectar sensibilidades.
Eres de Cusco, una ciudad con una cultura muy rica e inspiradora, para cualquiera que se deja embargar por su belleza, ¿cómo es el movimiento artístico en tu ciudad? ¿Qué aspectos positivos son los más resaltantes y cuales consideras que se deberían mejorar?
Cusco es una ciudad con una herencia cultural inmensa y una belleza que inspira a cualquiera que la recorra. Su historia, su arquitectura y su gente la convierten en un espacio donde el arte siempre ha tenido un papel fundamental. Como cusqueño, me enorgullece formar parte de esta tradición artística que sigue evolucionando.
El movimiento artístico en Cusco late con fuerza. Hay talento, hay pulsión creativa. Se han abierto más galerías de arte moderno y contemporáneo y escuelas. Por ejemplo, contamos actualmente con una de fotografía que busca dar cabida a nuevas expresiones.
Cusco, con su magnetismo universal, permite un cruce de ideas con artistas de todo el mundo, enriqueciendo el panorama local.
Pero el arte no debe ser solo un eco del pasado. La tradición es un cimiento, no un límite. Necesitamos más apuestas contemporáneas, más exploración. Asimismo, el apoyo institucional y la responsabilidad estatal es escasa, y ser artista aquí es, muchas veces, un acto de fe, pues muchos artistas al no poder vivir de su vocación y profesión, buscan otras actividades laborales.
¿Cuál consideras que ha sido tu mayor desafío en el mundo del arte?
No creo que haya solo un mayor desafío, sino que hay muchos. Contextualizando esta pregunta a mi territorio nacional: ser artista en el Perú es transitar un camino lleno de obstáculos. La inestabilidad económica obliga a diversificar labores, a encontrar fuentes alternas de ingreso sin perder de vista la vocación. No existen redes de apoyo sólidas ni instituciones que respalden de manera sostenida el desarrollo artístico.
Por otro lado, en Cusco, el coleccionismo empieza a tomar forma, pero aún es frágil. No hay un mercado de arte bien establecido ni un circuito que permita vivir exclusivamente del arte.
¿Cuál es la mejor enseñanza que te ha brindado el mundo artístico?
La mejor enseñanza que me ha brindado el mundo artístico es el valor del aprendizaje colectivo. He comprendido que el arte no es solo un proceso individual, sino una construcción compartida que se nutre de diálogos, encuentros y comunidades. A través de la dinámica de mentores y tribus, he aprendido tanto de quienes me guiaron como de quienes caminaron a mi lado, forjando en conjunto un pensamiento crítico y una práctica más sólida.
¿Cuál o cuáles son tus referentes en este mundo del arte?
Ya comenté mis referentes en las artes plásticas en una anterior pregunta, pero mi comprensión del arte va más allá de lo plástico; encuentro referencias artísticas en la literatura, la filosofía y el cine, territorios donde el pensamiento y la sensibilidad se entrelazan.
¿El niño Carlo Calanche se imaginó que viviría tantas experiencias expositivas en diferentes partes del mundo como Italia, Alemania, Argentina y Chile? ¿Si tuvieras la oportunidad de conversar con él, qué le dirías?
Si pudiera conversar con mi “Yo” de niño, le diría que está bien sentir miedo, tristeza y vergüenza. Esas emociones, que a veces parecen muy agobiantes, en realidad son luminosas y orientadoras. Pues el arte no se nutre solo de la certeza, sino también de la duda, de la fragilidad y de la búsqueda. Le diría que no tenga miedo de ser sensible, porque en esa vulnerabilidad está su mayor fortaleza.
¿Qué consejo te hubiera gustado recibir cuando empezaste en el mundo del arte, ahora que ya tienes mayor experiencia en el rubro?
Me hubiera gustado escuchar que está bien sentirse perdido, dudar y fallar. Que el arte no es una cuestión de aceleramiento, sino un proceso donde la dedicación, la contemplación y la disciplina son más valiosas que la inmediatez del éxito. Que la comparación es absurda, dado que cada individuo posee una historia propia. Porque el arte no es una historia de tendencias, sino un entramado de narrativas únicas y complejas de cada individuo.
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Last Night A Mc Saved My Life / Carlo Calanche |
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