Las Casonas Barranquinas a través de la mirada de Erin García
El sol está empezando a despertarse, la ventana de la acogedora sala deja entrar los primeros rayos del sol. Sobre una mesa negra descansa una carpeta con varias cartulinas, unos pasos se van acercando y una mano deja al descubierto aquella tímida ventana. La misma mano que acaba de descubrir aquella ventana, toma la desgastada carpeta, la abre y de ella saltan un grupo de blancas y perfectas cartulinas, ahora el sol no es lo que más brilla en la habitación sino la mirada de la artista preparándose para su próxima obra. Así comienza el arte de la artista peruana Erin García.
Administradora de empresas de profesión, Erin nos comparte en esta entrevista un poco más sobre ella y cómo ha sido su camino en el mundo del arte desde que decidió dedicarse a retratar espectaculares e icónicas casonas barranquinas.
¿Desde qué edad empezaste a sentirte inclinada por el arte?
Empecé a sentirme inclinada por el dibujo desde mi adolescencia, dibujaba todo lo que podía, desde personajes que encontraba en revistas, diarios, en las envolturas de golosinas hasta casonas y edificios. También inventaba casas, las hacía con detalles y eso era lo que más llamaba mi atención.
Eres administradora de empresas de profesión. Cuéntanos, ¿cómo una administradora llega a tener esa sensibilidad para el arte?
Es curioso cómo obra gratamente la vida, yo quise ser arquitecta, pero en mi adultez inicié mi vida laboral en el mundo corporativo, terminé la carrera de Administración que era la carrera afín de lo que me encontraba haciendo en ese entonces, y luego de muchísimos años sentí que debía retomar eso que tanto me gustó de pequeña que era dibujar.
Pienso que esa sensibilidad de la que mencionas siempre estuvo presente y afloró en el momento que debía darse. Por ejemplo, algo que me sucede es que al mirar y admirar el patrimonio arquitectónico mi alma siente que debe dibujarla, analizo complejidades, dimensiones, visualizo el resultado en cuestión de segundos, no necesariamente realizo el dibujo de manera inmediata pero sí queda grabada en mi memoria como tarea pendiente.
Sabemos que visitaste Italia en el 2018 y eso marcó un hito en tu carrera en el mundo del arte. ¿Puedes contarnos un poco acerca de esa experiencia?
Sí, estar en Italia fue una de las mejores experiencias que he tenido. Recuerdo que estaba en Florencia visitando la Plaza de Miguel Ángel, buscando una de las copias del David y a lo lejos vi a una señora con pañuelo rojo, de esos que te amarras en la cabeza como la chica del poster “We Can Do It”, con una blusa a cuadros beige, shorts, y sandalias, se veía muy cómoda pintando y al lado se encontraba su stand de pinturas paisajistas arquitectónicas y en tono de broma expresé "que así estaría en algunos años más".
No sé si Italia marcó un hito en mí, pero sí sirvió para inspirarme, para continuar haciendo lo que me gusta, como por ejemplo haber dibujado el Coliseo Romano.
Coliseo Romano / Erin García Morey |
La mayoría de tus piezas son en grafito, pero podemos encontrar también algunas miniaturas en tinta. ¿a qué se debe que hayas elegido el grafito como el material preferido para tus piezas?
Sí, primero porque disfruto del proceso, de la construcción del dibujo, mi sketchbook está lleno de números ya que son los cálculos que realizo para que tenga la perspectiva y dimensión adecuada. Siento que el grafito me permite mayor flexibilidad porque puedo jugar con las tonalidades de grises, haciendo uso de las luces y sombras deseadas, hasta darle volumen, técnica que con el estilógrafo no se integraría como yo quisiera y además, porque siento que les da realismo y elegancia a las piezas.
Tus dibujos de arquitectura son increíbles, tienen bastantes detalles y transmiten mucha paz ¿qué es lo que buscas transmitir con tus dibujos?
Oh ¡muchas gracias!. Cuando dibujo es la expresión de mi ser plasmado en un papel, lo que veo, pienso y siento en ese instante, todo eso hace que me desconecte de la realidad por un momento y me transporte al lugar que voy a dibujar. Puedo estar muchas horas y percibir que el tiempo no existe, disfruto cada trazo que hago; desde la construcción lineal hasta el acabado final. Me apasionan los detalles y las líneas milimétricas, soy muy cuidadosa en ese punto. Realmente amo lo que hago, por ejemplo; descubriste que hay detalles en mi dibujo y te transmitieron mucha paz, para mí, es muy bonito saber lo que viste y sentiste porque me conectó contigo sin necesidad que yo te lo haya contado, gracias por compartirlo.
En el contenido que publicas en tus redes sociales, podemos ver el gran salto que ha habido desde que empezaste a publicar tus dibujos hasta la fecha. ¿cuál consideras que ha sido tu mejor aliado para ir perfeccionando tu arte?
Cada dibujo que he ido publicando para mí era el mejor comparado con el anterior, y cuando he mirado en perspectiva, también he notado una gran diferencia. Pienso que la práctica constante y el no ponerse límites son dos factores importantes, siempre estoy aprendiendo, desafiándome, probando nuevas técnicas y recibiendo retroalimentación, lo cual me lleva a integrarlo con lo que hago.
Para mí el dibujo es como la vida misma. Me permite conocerme más, me frustro si no sale como quiero, entonces me detengo, y retomo luego, es así como veo la solución después y sigo avanzando, eso me motiva.
Casa de Leuuw / Erin García Morey |
¿Cuál consideras que ha sido tu mayor desafío en el mundo del arte?
Existen diferentes desafíos con los que me he enfrentado en el mundo del arte. Uno de ellos se relaciona directamente con las casonas que dibujo y acceder a las historias que están detrás de ellas. Nuestra ciudad posee una belleza arquitectónica y cultural que muchos no logran apreciar. Esta belleza a veces está escondida detrás del deterioro natural del tiempo. Para mí es fascinante investigar esta historia, conocer de sus estilos arquitectónicos, de sus historias familiares, sus vivencias, personajes de época, el ingeniero que ideó el diseño, el dueño que trajo la idea y el constructor empírico que la materializó, etc. Todo ello me ayuda a devolverle el alma a las casonas a través de mis dibujos.
Si bien uno puede acceder a información de estas casonas en los acervos de cada distrito o en algunos libros, son pocas las ocasiones en las que he tenido el privilegio de conocer personas que me han contado de sus vivencias familiares en las casonas que he dibujado, lo que me ha permitido conectar con sus historias y enriquecer el dibujo. Por ello, quisiera aprovechar este espacio para invitar a quienes les gustaría compartir conmigo información relevante a mis dibujos y me contacten. Sería de gran valor para mí.
¿Cuál o cuáles son tus artistas favoritos y por qué?
Para mí Filippo Brunelleschi, arquitecto y escultor, porque es el máximo exponente de la perspectiva moderna. Si bien es cierto que hubo otros que perfeccionaron su teoría, él era un genio en la materia, basta contemplar la Cúpula de la Iglesia Santa María del Fiore para admirar su perfección y proyección lineal.
Otro gran artista que me gustó desde que lo estudié en el colegio es Alberto Durero. Recuerdo su obra “Las manos que oran”, pues el realismo y los detalles en sus grabados es fascinante, técnica que en algún momento me gustaría experimentar. Asimismo, un artista más actual es el arquitecto y acuarelista Victor Doria, gran talento peruano, porque sus obras paisajistas me transportan y por la facilidad con la que maneja la técnica de la acuarela, que es algo que valoro en él.
¿Has tenido experiencias expositivas?
Sí, hice una muestra de 6 piezas con dibujos de casonas Barranquinas en la Biblioteca Municipal de Barranco. Recuerdo que en aquel momento mi objetivo era recabar información de las familias que habían vivido en dichos inmuebles, y documentar historia de ellas. Fue por ello que me acerqué a la Casa de la Cultura de Barranco y cuando vieron mi trabajo, dado que eran dibujos del distrito, me ofrecieron la oportunidad de exponerlos en un espacio de la Biblioteca. Los dibujos fueron los más representativos entre ellos el imponente Ex Colegio San Julián, esta pieza tuvo muy buena acogida. Tengo gratos comentarios de muchos turistas, amigos y familiares que visitaron el lugar y escribieron sus reseñas en un cuaderno de memorias que conservo con mucho cariño.
Biblioteca Municipal de Baranco / Erin García Morey |
¿Qué le aconsejarías a todas aquellas personas que siempre tuvieron deseos de dibujar pero que, ya siendo adultos con una profesión distinta al arte, no se animan a retomarlo?
Empezaría diciéndoles que piensen qué es lo que más les gustaba dibujar de chicos, en qué sentían al hacerlo, si sentían que eran libres, o se sentían cómodos, o sabían con humildad lo buenos que eran y hasta dónde podían llegar retándose. En mi experiencia, una imagen que viene a mi recuerdo es haber dibujado una casona que vi en un diario de aquella época, lo hice con lapicero negro en la hoja de un cuaderno, al día de hoy la conservo, y la sensación que sentí cuando terminé de dibujar fue de admiración y de muchas ganas de querer seguir dibujando más como esa, y apenas tenía 16 años. Hoy, sigo teniendo esa misma sensación.
Por lo tanto, sencillamente les diría que se atrevan a experimentar, un lápiz, un papel y la voluntad de querer, es todo lo que necesitan para dar ese gran paso.
Cuéntanos ¿qué planes tienes para futuro con respecto a tu carrera como artista?
Aprender nuevas formas de expresar el dibujo arquitectónico, seguir capacitándome, perfeccionar la técnica, seguir investigando sobre las casonas, sus familias y sus estilos. Tener más espacios de exposición como éste, del cual les agradezco la oportunidad, porque me permite llegar a más personas con las que podamos compartir el mismo interés, a personas que reflexionen y que conozcan lo que representa el patrimonio monumental para nuestra ciudad, y que a través de ello se incentive a los niños a conocer y a valorar lo que hicieron nuestras sociedades antepasadas; una Lima que no tiene nada que envidiar a otras ciudades igualmente importantes históricamente.
Finalmente, dejar un legado, que me recuerden como quién le dio vida a las casonas, que las inmortalizó a través del dibujo arquitectónico.
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