Conociendo a la artista Sandra Leonardo y su mixtura de colores y formas

Colores vibrantes, formas libres que tienen siempre un inicio pero no tienen fin. Un pincel lleno de libertad, paz, amor y alegría. Así se pinta el mundo del arte de la artista Sandra Leonardo.

Artista peruana que ha encontrado en su expresión artística una herramienta de sanación y liberación. Una herramienta que en cada obra nos comunica algo nuevo y nos crea una conexión con su arte.

Tuvimos una entrevista con ella y les compartimos un poco más de su singular arte y todo el mundo detrás de la artista.


¿Desde que edad empezaste con tu arte?

Desde muy pequeña me recuerdo creando, observando las formas y colores que me rodean, luego experimentar los materiales que me permitieran plasmar lo que mi emoción podía sentir, fue cuando empecé a descubrir un lenguaje a través del arte.

¿Cuál es tu mayor inspiración a la hora de pintar?

Pinto y trazo lo que siento, a veces a través de lo que observo, leo y escucho. Me inspiro cuando se movilizan mis sentidos, cuando aquello que no puedo expresar completamente con palabras encuentra un espacio a través de una forma, una imagen o creación.

¿Cómo defines tu arte?

Lo defino como el lenguaje de mis emociones antes que de una corriente o estilo. En mi trabajo puedo plasmar libremente desde la abstracción a lo figurativo. Me identifico también con el arte naif, el pop art, el arte de corte social y el arte contemporáneo.

A la vez suelo decir que mi arte es lo perfecto de lo imperfecto o lo imperfecto de lo perfecto. Mi trabajo fluye sin un patrón. Por ello aunque me puedo identificar con varias de las características de las corrientes mencionadas mi arte es la expresión de mi mundo interno expuesto al exterior.


Tus cuadros nos muestran un encuentro muy profundo con nuestras emociones, la vida en familia y el amor, ¿Cómo decidiste empezar con esta temática?

¡Y es eso! ¡Por eso amo el lenguaje de Arte!  Resuena en el espectador porque en algún espacio del tiempo también la vivenció, el arte crea una comunicación intima y distinta en cada espectador. Si moviliza, hay diálogo y si se generó un diálogo hay siembra, y si hay siembra se habrá plantado una semilla de inspiración. El tiempo de germinación dependerá de cada uno, de tener el tiempo de permitirse descubrir qué despertó en él y qué hacer con ello. Yo siento y compruebo que el arte genera un efecto multiplicador.

Me gusta crear e inspirarme en sensaciones. Vivenciamos momentos que son extraordinarios, ¡nos iluminan la vida!. Incluso cuentan los momentos que sentimos que la vida se nos apaga, en esa polaridad hay muchas gamas, mucha riqueza de sensaciones, mucha emoción. Esas vivencias muchas veces se quedan dentro de la cotidianidad, las sentimos y dejamos fluir, otras veces no las queremos mirar, pero están ahí, tanto que en cualquier momento pueden surgir y alegrarte el corazón o recordar la emoción de ese instante como si el tiempo volviera a ti. Entonces cuando eso sucede y te movilizó qué valioso es hacer una pausa, y detenerte a mirar, a mirarte también en ese proceso.


Inclúyeme


¿Cuál consideras que ha sido tu mayor desafío en el mundo del arte?

Uno de mis desafíos es llevar mi trabajo a lugares en los que no hay tanto acceso al arte, invitar a los demás a conocer este otro lenguaje de formas que te conecta con tu propio mundo y a la vez con el de tu evolución.

Otro de los desafíos es seguir aprendiendo del Arte digital y el abanico infinito de posibilidades con los que puedes trabajar, transformar y crear una obra.


Ramas

¿Cuál o cuáles son tus artistas favoritos y por qué?

Son demasiados, admiro a muchísimos artistas contemporáneos y tengo el honor de haber expuesto con muchos de ellos. Admiro su lenguaje, la composición de sus obras, lo impecable de sus trazos, la perfección del realismo, la extravagancia de sus obras, las texturas, la delicadeza, la pasión por la técnica, la mística que llevan sus obras y sobre todo eso, admiro que mientras más evolucionados en sus dones y talento artístico; sean más generosos y naturalmente sencillos.

Entre los grandes maestros te puedo mencionar a Julia Codesido, lo que más me mueve de su pintura indigenista es como expone y resalta rasgos característicos de la belleza de nuestra etnia y cultura. Pancho Fierro gracias a quien tenemos referencias visuales de las costumbres y vivencias de inicios de siglo XIX, Amo también a Eduardo Kingman, el artista de “las manos” sus obras están cargadas de fuerza. Me gusta el arte post impresionista de Gaugin, me mueve la composición visual a partir de su búsqueda por un entorno naturalmente nativo, sin influencia occidental. Amo, admiro la potencia del arte de Shamsia Hassani, y la valentía de sanar, salvar, transformar espacios y con ello vidas en escenarios tan complejos como Afganistán.

Me gusta Bansky y la potencia de su mensaje y a la vez la simpleza y rapidez de su técnica para elaborar sus intervenciones urbanas. Eduardo Kobra es un artista muralista, su lenguaje lleno de color, formas y escenarios transmite potente y colectivamente.

Y desde aquí mi reconocimiento a todos los artistas que utilizan las herramientas del arte para sumar con su arte a transformar el mundo y hacerlo más visible, más pausado, gracias a ellos aprendemos a contemplar los detalles que sólo sus ojos y corazón pueden captar y transmitir. ¡Gracias!


¿Se aproximan nuevos proyectos expositivos, para este año?

Este año veremos el final de una etapa que asustó y paralizó a muchos en el mundo, es un periodo de despertar desde adentro y por ello deseo de evaluación interior. Eso a nivel personal.


Sobre mi trabajo estoy enfocada en terminar mi colección de bodegones, todos inspirados en la generosidad del que ofrece su mesa, está realizado en el estilo que llamo Vitrales, por inspirarse en el arte del vitral. En mayo de este año dos de mis obras participarán en la 6ta edición de la Revista Cultural Cuenta Artes

 



¿Qué mensaje les darías a las nuevas generaciones de artistas?


¡Que tienen una misión! y una gran misión de transformar. De sembrar una semilla que germinará en otros, y a su vez generará un efecto espejo y multiplicador. El arte es una manifestación del alma, de nuestra esencia. El arte sana, inspira, trasciende, está al servicio y es una responsabilidad alimentarlo y retroalimentarlo sobre todo cuando sabes sobre el efecto que genera al compartirlo.


Nunca, nunca subestimen su lenguaje del arte, es único. ¡Es su huella digital!.

Y también les diré ¡Gracias, gracias, gracias! por existir y mostrarse en cada manifestación artística, en cada escenario, en cada disciplina. ¡Hacen el mundo un lugar mejor!


¡No hay excusas para crear!. Como dice Pierre Soulages: «Cuanto más limitados son los medios, más fuerte es la expresión» 

Familia






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